martes, 6 de octubre de 2009

Los subsaharianos de Tánger acusan a España del drama de las pateras

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Tánger (Marruecos), 20 sep (EFE).- En una casucha perdida de uno de los barrios más deprimidos de Tánger, junto a una necrópolis, Henry y Noah acusan con el dedo a España del drama de las pateras.

"¡Es España quien tiene la responsabilidad! Marruecos al menos nos permite estar, pero en España nos expulsan cada vez que llegamos. Y aún es peor en Francia y Alemania", protesta soliviantado Henry, natural de Ghana.

Entre los dos suman más de una decena de intentos, en ocasiones exitosos, de cruzar las aguas del Estrecho de Gibraltar en una patera como la que ayer naufragó frente al islote de Perejil y dejó al menos ocho muertos y más de una veintena de desaparecidos.

Pero siempre que han salvado las aguas, han acabado siendo deportados a su país natal. Y vuelta a empezar.

Estos días, los entre 300 y 500 subsaharianos que se calcula que esperan en Tánger su turno para la patera se esconden de todo, bajo el temor de que una redada policial dé, una vez más, con sus huesos en Uxda, en la frontera entre Marruecos y Argelia.

Pese a todo, Henry sostiene que no tiene ni siquiera miedo a la muerte, con la que ya se las ha visto cara a cara en varias ocasiones en medio del Estrecho.

Los subsaharianos que viven en la infravivienda, cerca de la antigua plaza de toros de Tánger, aseguran que no conocían a las víctimas de la última tragedia, la mayoría de las cuales eran mujeres.

Los muertos apenas sobrepasaban los 25 años, como explica el forense del hospital Duc de Tánger, quien les ha realizado las pruebas de ADN con la remota esperanza de que alguna familia en Nigeria, de donde provenían la mayoría de los fallecidos, reclame los cuerpos.

"¿Por qué no nos aceptan en Europa si sólo vamos a trabajar? Acusamos a España de ser culpable de que estemos aquí varados, en tierra de nadie, sin opción a encontrar un trabajo. No podemos volver a nuestro país, porque allí sólo nos espera la muerte", protesta Noah.
Junto a él, subsaharianos de varias nacionalidades se atropellan para dar su opinión, en un batiburrillo de acentos con el denominador común del idioma. Los anglófonos, por un lado, y los francófonos, por otro.

Varios de ellos son veteranos, sometidos a una ruta circular que no logran frenar: de su país de origen a Marruecos, de allí, con suerte, a España, y vuelta al África negra deportados.
Christopher, originario de Zimbabue, pasea junto a un compatriota por las calles de Tánger y asegura que conocía a uno de los pasajeros de la patera, aunque todavía no sabe si se trata de uno de los once supervivientes.

También él tiene palabras desesperadas para los vecinos europeos.

"Insto al Gobierno español a que conozca los problemas de África, y que comprenda que esos problemas son los que nos llevan a intentar cruzar el Estrecho para encontrar una vida mejor", dice.

El número de pateras llegadas a España ha descendido hasta el 50 por ciento en los primeros meses del año, pero ese dato no puede ocultar la realidad que sufren Noah, Henry o Christopher, varados en Tánger a la espera de una nueva oportunidad

Pues eso que le echan morro, como suele decirse.

Dentro de que siempre es lamentable la muerte de un ser humano, sea quien sea, lo mismo da inmigrante del color que sea, que feto de poco tiempo, no deja de sorprendernos la aseveración del inmigrante Christopher, por cierto se llama como aquel Carlos Jesús de Ganimedes. Este hombre debería tener en cuenta que el primer culpable es él mismo, puesto que con el dinero que le cuesta el viaje en patera podría montar un negocio en su país. En segundo lugar otro responsable es el gobierno de su país que tiene a sus ciudadanos abandonados y se le dan un ardite. Y por supuesto corresponsables son los traficantes de personas que fletan las pateras y las distintas oeneges limosneras que con su actitud canallesca fomentan el que seres humanos tengan que hacer cualquier cosa para pagar un astronómico precio por un viaje a la muerte.
Amigo Christopher, esos son los culpable. España no es culpable, es simplemente gilipollas

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