Que España no es un Estado de derecho, sino más bien de desecho, que no existe la libertad de expresión y que la justicia y su actuación es más que dudosa, es algo patente y constatable.
Me rufeiro a la condena a prisión a dos editores de libros, uno de ellos además que ya no ejercía como tal y a dos miembros de una asociación cultural, basadas estas condenas en la denuncia de la policía política catalana por instigación de organizaciones de tanto prestigio como Amical de Matahusen, la misma cuyo presidente Eric Marco resulto ser no ya un impostor que nunca había pisado un campo de concentración nazi, sino que además resulto que había trabajado como chivato para la Gestapo, hecho por el que no ha sido juzgado, porque ¿cuánta gente sufrió por los chivatazos de Eric Marco, posteriormente presidente de una de las partes denunciantes?
¿Cómo es posible que todas las denuncias contra Santiago Carrillo por el genocidio de Paracuellos no sean admitidas a trámite? ¿Cómo es posible que Vera y Barrionuevo miembros de los gabinetes del PSOE condenados por banda armada y malversación de fondos estén paseándose tan ricamente ¿ ¿cómo es posible que no se investigue a Manuel Chaves?
Pues eso es posible porque estamos en España y España no es un país como los países normales, aquí todo es de chiste y en los últimos tiempos más.
Para la justicia parece ser que es más peligroso un vendedor de libros que un ministro terrorista y chorizo.
La sentencia no tiene desperdicio, podría encarnar el guion de un vodevil, sino fuera porque nos recuerda los relatos de Kafka, por cierto escritor judío y que describió como nadie las situaciones surrealistas, injustas y absurdas que se dan en determinados momentos de la vida y de la historia y esta es sin duda una de ellas.
Espero que la persona que dicto la sentencia pueda dormir tranquila, a pesar de lo absurdo de su fallo, que ni acepto ni comparto, como no debe aceptar ni compartir cualquier defensor de la libertad de expresión. Hemos acabado en una época mezcal de los relatos de Orwell Y Bradbury, donde pensar es peligroso pues el peso de la injusticia te cae encima.
Mientras tanto los golfos y chorizos que dirigen esta bufonada de país coreados por los palmeros analfabetos que les votan, siguen saqueando nuestros bolsillos, impidiendo pro todos los medios que se hable claramente y la pandilla de Zapatero le “mola “ mas ceder al TDT de pago a su amigo estalinista Roures, para que en un alarde de escena orweliana manipule las mentes. Así se consigue cercenar la libertad de expresión y la democracia.
España no es un estado de derecho, es solo una bufonada.
Me rufeiro a la condena a prisión a dos editores de libros, uno de ellos además que ya no ejercía como tal y a dos miembros de una asociación cultural, basadas estas condenas en la denuncia de la policía política catalana por instigación de organizaciones de tanto prestigio como Amical de Matahusen, la misma cuyo presidente Eric Marco resulto ser no ya un impostor que nunca había pisado un campo de concentración nazi, sino que además resulto que había trabajado como chivato para la Gestapo, hecho por el que no ha sido juzgado, porque ¿cuánta gente sufrió por los chivatazos de Eric Marco, posteriormente presidente de una de las partes denunciantes?
¿Cómo es posible que todas las denuncias contra Santiago Carrillo por el genocidio de Paracuellos no sean admitidas a trámite? ¿Cómo es posible que Vera y Barrionuevo miembros de los gabinetes del PSOE condenados por banda armada y malversación de fondos estén paseándose tan ricamente ¿ ¿cómo es posible que no se investigue a Manuel Chaves?
Pues eso es posible porque estamos en España y España no es un país como los países normales, aquí todo es de chiste y en los últimos tiempos más.
Para la justicia parece ser que es más peligroso un vendedor de libros que un ministro terrorista y chorizo.
La sentencia no tiene desperdicio, podría encarnar el guion de un vodevil, sino fuera porque nos recuerda los relatos de Kafka, por cierto escritor judío y que describió como nadie las situaciones surrealistas, injustas y absurdas que se dan en determinados momentos de la vida y de la historia y esta es sin duda una de ellas.
Espero que la persona que dicto la sentencia pueda dormir tranquila, a pesar de lo absurdo de su fallo, que ni acepto ni comparto, como no debe aceptar ni compartir cualquier defensor de la libertad de expresión. Hemos acabado en una época mezcal de los relatos de Orwell Y Bradbury, donde pensar es peligroso pues el peso de la injusticia te cae encima.
Mientras tanto los golfos y chorizos que dirigen esta bufonada de país coreados por los palmeros analfabetos que les votan, siguen saqueando nuestros bolsillos, impidiendo pro todos los medios que se hable claramente y la pandilla de Zapatero le “mola “ mas ceder al TDT de pago a su amigo estalinista Roures, para que en un alarde de escena orweliana manipule las mentes. Así se consigue cercenar la libertad de expresión y la democracia.
España no es un estado de derecho, es solo una bufonada.
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